Bueno, ante todo deciros que, como muchos ya sabéis, sobreviví al bicho ese malo malo que me picó. Y si de sobrevivir hablamos, deciros también que he sobrevivido al final de curso, que no ha sido poca cosa. Podría deciros, por si alguien me ha extrañado, que no sé yo si ha sido el caso, que no te tenido tiempo para nada, que por otra parte no es mentira, pero es que el poco tiempo que he tenido lo he dedicado a..., lo he dedicado a..., bueno, no sé muy bien qué decir, creo que lo he dedicado a quejarme de lo cansada que estaba, de las tonterías que ponían los niños en los exámenes, del calor que hacía para estar aún en junio, de la cantidad de papelitos que hay que hacer para cerrar y abrir un curso escolar, etc. Uffff, paro que me hiperventilo. Pero bueno, por fin, acabó el curso, y no tengo la sensación de otros compañeros de que haya pasado pronto. Imagino que necesitaba y necesito unas vacaciones. Acabo de tomarlas y, como siempre, necesito unos días de tránsito para que mi cuerpo también se entere de que él y yo estamos de vacaciones, y se relaje de una vez.
El verano promete, Cádiz, Francia, Italia y, como fin de fiesta, Minnesota (de esto ya hablaré en otra ocasión). En fin, estoy segura que recargaré las baterías, sólo espero que me cunda y no martirizar a mi marido con mi típica frase de finales de Agosto: Uy, se me han pasado volando estos dos meses. Porque entonces comprenderé que él me mire con cara de asco y piense: A ésta la ponía yo a descargar un camión en pleno mes de Agosto y a ver qué le parecían luego sus vacaciones.
Besitos from Cádiz (de momento), y voy a ponerme una rebequita que creo que tengo hasta frío,,jajaja.
Es lo que tiene mi Cadi.