Pues sí, lo acabo de decidir, ya me he hecho mayor. Porque para qué esperar, no tiene sentido, tanto tiempo dándome miedo eso de qué será hacerse mayor y de repente, cataplán, ya lo soy. Igual no es una cuestión de querer serlo o no, pero yo soy muy voluntariosa, y por qué no decirlo muy cabezota, y si yo digo que me acabo de hacer una persona mayor, quién me va a llevar la contraria, quién me va decir que no puedo ser lo que yo quiera ser, eh? Bueno, seguro que muchos, pero eso no viene al caso.
La cuestión es que me he comprado una agenda estupenda, ésa de "La agenda de las mujeres", que este año se llama "Viejas y Libres". En cuanto que vi el título comprendí que estaba hecha para mí, porque cada día me encanta más la palabra vieja y porque cada día me siento más libre. Creo que es un tándem magnífico ser vieja y libre, como no puede ser de otro modo. Encuentro tan liberador gritar "¡Soy una mujer mayor, soy una mujer libre!", que traducido resulta "¡Ten cuidaito conmigo que sé muy bien quién soy!". Y es que no hay nadie más poderoso que una mujer que sepa perfectamente lo que quiere y a dónde va, aunque eso siga suponiendo hoy día un inconveniente más a resolver. En cualquier caso, la autenticidad para una persona mayor, como lo soy yo, ya no es una opción, así que afrontaré las situaciones, que sé van a ser muchas, que provoquen éste mi nuevo estado.
Sin más que anunciaros, me podéis seguir llamando Marian, Angelita o MªÁngeles, guardad aún el "Señora" para un poco más adelante, para cuando me haga viejecita, que es un grado más y al que por falta de sabiduria creo que aún no llego.
Atentamente, just an older woman.