He recibido en la entrada anterior el comentario de un anónimo que me gustaría compartir con vosotros. Dice así:
"No me busques, ya no vivo allí... Animado por tu ejemplo, y queriendo romper definitivamente con mi pasado, dejé de ser un "llorón"... Me dejé talar, morí... Y renací a una vida de felicidad infinita, ahora formo parte de tantas y tantas cosas buenas... Estoy en el centro de un polo al que un niño ansioso da el primer chupetón, conmigo los niños hacen construcciones de mil palillitos en los que me he convertido, soy una cruz, que, vestida convenientemente, es el alma de una cometa que vuela como tú, estoy en la caseta de tu perra, en el revestimiento de tu casa, tu furgoneta, en el suelo que beso cuando tú lo pisas...
Gracias, Marian, yo también aprendí de ti...... y cambié...... a mejor."
(Tu anónimo)