Paren todos los relojes, corten el teléfono.
Eviten que el perro ladre dándole un hueso jugoso.
Silencien los pianos y, con un sonido suave,
Traigan el ataúd, dejen venir a los deudos.
Permitan a los aviones dar círculos en lo alto.
Escribiendo en el cielo el mensaje: él está muerto.
Coloquen crespones alrededor de los cuellos blancos de los servidores públicos.
Permitan usar guantes negros de algodón a los policías.
Él era mi norte, mi sur, mi este y mi oeste.
Mi semana de trabajo y mi domingo de descanso,
Mi mediodía, mi medianoche, mi conversación, mi canción;
Pensé que el amor duraría para siempre: me equivoqué.
Ahora no se necesitan las estrellas, sáquenlas todas;
Llévense la luna y desmantelen el sol;
Vacien el océano y limpien el fondo;
Pues nada ahora podrá ser como antes.
Wystan Hugh Auden
Me gusta la canija de Sexo en Nueva York, pero más me gustas tú (bueno con permiso de mi Paqui, jijiji...)
ResponderEliminarBsts
hola hermana jejeje,bueno q aunque ahora nos vamos a distanciar sabes aqui tendras siempre alguien q te escuchara cuando sea necesario ya sea bueno o malo y espero q no dudes en decirme lo q necesites cuando no sepas a quie decirselo.
ResponderEliminarun millon de besito desde mi humilde corazoncito jejej tqm"gordi"