Hoy retomo el camino, la inquietud y el esfuerzo de escribir...
Amenazo, vuelvo a escribir en éste, mi blog, como una Reina Tuerta en un mundo de ciegos.

jueves, 19 de mayo de 2011

A flor de piel

 













Un día mi prima Virginia y yo decidimos tatuarnos el nombre de mi madre. Podría decir muchas cosas sobre por qué lo hicimos. Pero la realidad es que las razones se van perdiendo un poco con los años, aunque no su verdad. Hoy, cuando ya han pasado tres años y vamos llevando cada una el peso de su ausencia como podemos, sé que fue posiblemente una torpeza romántica, y no me refiero al hecho del tatuaje en sí, del que sé que ni mi prima ni yo nos lamentaremos en la vida, sino por la idea o el sueño desesperado de tenerla bajo la piel, de poder quedarnos con algo de ella. Recuerdo cuando se lo enseñé a mi padre y él me preguntó que por qué lo había hecho. Porque ya no sé qué hacer para tenerla más cerca, le dije yo.
Mañana era el día de su cumpleaños, mañana vuelve a ser un día como otro. Pero mañana acariciaré mi hombro como lo hago tantas veces, como cuando duele una herida porque el tiempo va a cambiar. Y entonces, en su caricia, que es la mía, me alegraré una vez más de que esté ahí, de poder sentirla bajo mi piel y de que su nombre, más que nunca, sea el mío.

2 comentarios:

  1. Como recuerdas en tu blog, en el verso de Pessoa, "todo vale la pena si el alma no es pequeña", tu alma es grande como grande era ella. Mañana lo mejor será alegrarse y recordarla con una sonrisa, su sonrisa.

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  2. Ni siquiera recordaba esa foto de mi tobillo tatuado. El dia que me lo hice no lo pensé dos veces... sólo sé que salí muy feliz de la tienda, y que como bien dice mi prima, era la única via que encontré para poder llevarla en mi (de una manera más fisica). Quise quedarme con su bolsa de la compra, aquella negra y marrón donde metia el pan del almacén de Esteban o la masa para canelones del Don pan de San Severiano, pero mi madre me dijo que no sabia donde estaba, que a lo mejor se habia tirado.
    Yo también la acaricio y se me pone la piel de gallina, se me llena la cabeza de recuerdos y de pena el alma. Por las noches sigo hablando con ella, le digo que la echo de menos, porque hay cosas de mi vida que necesito que sepa y me aconseje como lo hacia antes.
    El tatuaje es una manera, a lo mejor un tanto especial, nostálgica o utópica de acercarme a ella. El fondo de pantalla de mi móvil es ella, una foto que me encanta, a ver si la mando para que sepáis cuál es.
    Tal dia como el de su cumple, la hubiese llamado: "Carapollo, felicidades¡¡¡" Y ella hubiese dicho: "Me han regalao un perfume, y esta noche iré con Paquito a tomarme una tapita al achuri, a ver si nos vemos y nos tomamos algo".
    El dia de su cumple... y el resto de los dias, tengo motivos para mirar mi tatuaje o acordarme de ella.

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