Hoy retomo el camino, la inquietud y el esfuerzo de escribir...
Amenazo, vuelvo a escribir en éste, mi blog, como una Reina Tuerta en un mundo de ciegos.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Cosas que aprendí de mi hermano

No recuerdo cuál fue el primer momento en el que tuve consciencia de tener un hermano, aunque sí de la sensación que me producía hablar de él. En el colegio ya me gustaba presumir de que tenía un hermano grande, y es que ocho años marcaban entre nosotros una gran diferencia.

Eso unido al ser niño y niña, con todo lo que conllevaba en aquella época, donde cada uno se educó en colegios donde el otro sexo sólo se veía por las ventanas. Recuerdo que ya entonces, en el colegio, mis compañeras me acusaban de que mi hermano, el grande, me hacía los deberes, y eso me pasaba por hablar tanto de lo bien que él lo hacía todo. Aunque debo reconocer que el famoso premio Coca-cola del colegio sí que lo gané gracias a los consejos que me dio la noche anterior y de una cita que me dijo de un tal Gandhi, que yo no sabía quién era, pero que me la aprendí de memoria, por si acaso, y que resultó ser clave para ganar el concurso de redacción. Creo que esto nunca se lo dije a él, así que igual es buen momento para agradecerle el tiempo que me dedicó esa noche. Porque cuando yo aún estaba en mi cole de monjas, él ya iba a la facultad, por lo que imagino que yo debía parecerle una niña pesada y algo consentida. Con el tiempo fui aprendiendo cosas de él y hacerlas mías, como su gusto por Silvio Rodríguez, su amor a Triana, del que heredé también su poster, porque no lo he dicho, pero mi primer dormitorio fue el suyo y me explico. Mi casa era pequeña y no podíamos tener el lujo de tener tres camas abiertas durante el día, así que yo dormía en el cuartito de estar en una cama de esas que salían del mueble, y cuando digo cuartito no es sólo por amor a su recuerdo. Y no fue hasta que mi hermano empezó a hacer las prácticas de su carrera como marino cuando yo pude tener mi propio cuarto, y no uno cualquiera, sino el cuarto de mi hermano, el grande. En la herencia iba el mencionado póster de Triana, una estantería que me parecía enorme y que desafíaba a la gravedad, un buró con su cajita de minerales que me encantaba mirar y un armario que escondía en el revés de sus puertas pegatinas y recortes desde el PCE hasta poemas de Alberti. Ese cuarto me parecía mágico y me había sido prohibido por mucho tiempo, o, al menos, era mi sensación cada vez que entraba. No consigo recordarlo sin ver a mi hermano sentado en el buró estudiando durante horas, horas y horas con un flexo negro que también tuve la suerte de heredar. Mi iniciación a la literatura también se lo debo a él, me regaló El Principito en unos Reyes y me daba a leer libros de su mágica estantería, a saber, de Herman Hesse, de Nietzsche, vamos lo que leía cualquier niña de mi edad en los años 70. Ahora que lo pienso igual era por eso que mis compañeras no entendían muy bien de lo que les hablaba.

Pero el tiempo pasó, las inocencias pierden su frescura y todo parece dicho, sabido, y lo que es peor agradecido. Tal vez, hoy, un día normal y corriente es el momento de agradecerle a mi hermano por haberme enseñado a coger una tortillita de camarones de la Guapa sin quemarme, a subirme sin caerme a un colchón hinchable en la playa la Victoria, a esperar a que de pequeña yo almorzara primero por aquello de lo mala que era para comer, a formar equipo con él y convencer a mamá para irnos de vacaciones en verano, a tener un referente en la vida, junto a mi padre, de lo que significa ser una persona honesta, a valorar el esfuerzo y el trabajo que, yo con mis propios ojos, veía todos los días en casa con su ejemplo. Y, por supuesto, una vez revelado el secreto, gracias por haberme ayudado a ganar aquella redacción y aquel concurso, y haberle dado en las narices a todas esas compañeras envidiosas de no poder tener, como yo, un hermano grande, pero GRANDE, GRANDE.


Gracias, Paco.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Hard Rock Café en Minneapolis

   Hard Rock Cafe in downtown Minneapolis is closing

The Hard Rock Cafe in downtown Minneapolis is closing Sept. 30.

The Hard Rock Cafe in downtown Minneapolis is closing Sept. 30.


 Así lo anunciaban ya los periódicos de Minneapolis y St. Paul, el Hard Rock Café cerraba a final de septiembre. Pero mis compañeros y yo tuvimos, entre otras, la suerte de conocerlo, aunque fuera en sus últimos días.
Nos hemos traído muy buenos recuerdos de nuestra estancia en Minnesota, pero aquel almuerzo y creo que en eso estaremos los tres de acuerdo, fue el mejor. El local estaba prácticamente vacío y comparado con otros locales del Hard Rock Café no era especialmente espectacular. Y os lo digo con cierto criterío, ya que soy fans de estos locales y siempre que hay uno en una ciudad nueva que visito, allá que voy a conocerlo. Pero esta vez sin duda lo que me cautivó fue su personal. Nos atendieron dos camareros simpatiquísimos y para que nos sintiéramos más cómodos "sacaron" de la cocina al cocinero que era hispano.





Estuvieron hablando con nosotros y gastándonos bromas. Nos colmaron de detalles hasta el punto de que Steisy, una camarera encantadora, americana por los cuatro costados, nos obsequió con unos regalitos de la tienda, la cual previamente habíamos "saqueado", ya que por motivo del inminente cierre estaba todo al 50%. Y, claro, ninguno de los tres nos pudimos resistir (aunque alguno que yo me sé se hizo un poco duro al principio,,jajaja)

En general, tengo que decir que la gente allí es muy amable y que allá donde entrábamos nos trataban con mucha amabilidad y siempre se esforzaban por entendernos y hacerse entender, que no siempre era fácil (por aquello del mito de la patata en la boca, que a veces casi que lo parecía).
Así que aunque esa guitarra ya no esté colgada  y haya dejado paso y espacio a un gran casino, estoy segura que cuando mis amigos y yo cerremos los ojos y recordemos Minneapolis, la veremos allí y sentiremos el mismo cosquilleo que cuando la vimos y saltamos debajo de ella como tres adolescentes.

Yolanda, Fernando y yo con el cocinero.

Fernando y yo con Steisy.


lunes, 19 de septiembre de 2011

En Minnesota

   Durante estas dos semanas me vais a encontrar en:


No os lo perdáis, diversión asegurada,, jajajaja.

viernes, 8 de julio de 2011

Fin de curso, despedida y cierre

Bueno, ante todo deciros que, como muchos ya sabéis, sobreviví al bicho ese malo malo que me picó. Y si de sobrevivir hablamos, deciros también que he sobrevivido al final de curso, que no ha sido poca cosa. Podría deciros, por si alguien me ha extrañado, que no sé yo si  ha sido el caso, que no te tenido tiempo para nada, que por otra parte no es mentira, pero es que el poco tiempo que he tenido lo he dedicado a..., lo he dedicado a..., bueno, no sé muy bien qué decir, creo que lo he dedicado a quejarme de lo cansada que estaba, de las tonterías que ponían los niños en los exámenes, del calor que hacía para estar aún en junio, de la cantidad de papelitos que hay que hacer para cerrar y abrir un curso escolar, etc. Uffff, paro que me hiperventilo. Pero bueno, por fin, acabó el curso, y no tengo la sensación de otros compañeros de que haya pasado pronto. Imagino que necesitaba y necesito unas vacaciones. Acabo de tomarlas y, como siempre, necesito unos días de tránsito para que mi cuerpo también se entere de que él y yo estamos de vacaciones, y se relaje de una vez.
El verano promete, Cádiz, Francia, Italia y, como fin de fiesta, Minnesota (de esto ya hablaré en otra ocasión). En fin, estoy segura que recargaré las baterías, sólo espero que me cunda y no martirizar a mi marido con mi típica frase de finales de Agosto: Uy, se me han pasado volando estos dos meses. Porque entonces comprenderé que él me mire con cara de asco y piense: A ésta la ponía yo a descargar un camión en pleno mes de Agosto y a ver qué le parecían luego sus vacaciones.

Besitos from Cádiz (de momento), y voy a ponerme una rebequita que creo que tengo hasta frío,,jajaja.
Es lo que tiene mi Cadi.

miércoles, 15 de junio de 2011

¡Ay de mí, por un bicho me veo así!

Pues sí, señoras y señores, por un bicho me veo así. Por lo visto me ha picado en el tobillo izquierdo (cómo no) un mosquito rarito, una arañita o vete tú a saber qué clase de bichito y se me ha infectado todo el pie y parte de la pierna, por lo cual tengo a ambos con hinchazón, picazón y un dolor nada agradable. La médico que me ha visto, Tania, una cubana encantadora y espero un poco exgerada, me ha puesto el cuerpo malo avisándome de todo lo que me puede pasar si no guardo reposo absoluto con la pierna levantada. Así que me ha mandado todo tipo de medicamentos, desde antibióticos (plus por supuesto), hasta cortisona, corticoides y antiinflamatorios. Y yo que soy muy bien mandada (ironía), pues aquí me hallo en mi lecho de..., mi lecho de... persona-picada-porbichoraro-que-intenta-no-cabrearse-mucho.
Y es que tiene tela que un bichito haya conseguido pararme en seco, cuando llevo una temporadita que no paro ni para...., vamos, para nada. Y ahora que lo pienso tal vez mi cuerpo se haya aliado con el susodicho y hayan planeado este "ataque" para dejarme fuera de servicio durante unos días y reflexione, como los niños cuando se les castiga, sobre qué estaba haciendo bien o mal para haber llegado hasta aquí.
En fin, querido bichito anónimo (más ironía), gracias por recordarme cuán frágil es el cuerpo humano y por, tenga o no que ver, obligarme a parar, mirar alrededor, dentro y fuera, escuchar a mi cuerpo y pensar en cómo me estoy tomando últimamente todas las cosas que me pasan en la vida.
Pues eso, mi pie, mi pierna y el resto de mi cuerpo y mente te damos las gracias, bichito (bichito raro raro).

jueves, 26 de mayo de 2011

Las Bananarama

Nos conocimos en el otoño del 87, con nuestros 18 años alguna que otra sin aún cumplir. Cada una venía de un sitio y un mundo diferente pero nuestros apellidos y el azar hizo que coincidiéramos en la misma clase. Se abría ante nosotras la Facultad, y no cualquiera, sino la Facultad de Filosofía y Letras, con su olor a naranjos, y con ella se nos abría la vida, dejábamos de ser adolescente y contemplábamos atónitas todo lo que la vida nos presentaba. Eran tantos los sueños, tantas las opciones que torpemente, de la única manera que se puede hacer a esa edad, fuimos descubriendo, rechazando y acogiendo lo que desde el corazón (o el estómago) nos parecía lo mejor. Y cuántas veces nos equivocamos,  tantas como tardes en las que nos veíamos en cónclave urgente para secar las lágrimas de la otra, intercambiar consejos femeninos  o simplemente reírnos juntas de todo lo que hacíamos mal. Porque juntas las tres, Ana, Marichu y una servidora conseguimos grandes cosas, a saber, que el dolor de las rupturas fuera menor, a llevarte mejor con tus padres (vamos, que te dejaran salir hasta más tarde, y es que tres cabecitas siempre han pensado más que una), a que el Esbozo de la Real Academia entrara mejor, a saber combinar la ropa, a ponernos bien la raya del ojo y, sobre todo, a hacernos sentir que nunca estábamos solas, porque siempre nos teníamos las unas a las otras. Los hombres podían pasar, pero nosotras siempre estábamos ahí. De hecho, en la Facultad nos llamaban las Bananarama, porque éramos una rubia, una morena y otra con su eterno tinte caoba, y siempre estábamos juntas. Forjamos en esos años una amistad incondicional, luego la vida y sus grandes ideas nos fue separando, pero sólo espacialmente.
Más tarde he tenido la suerte de tener otras grandes amigas, pero con ellas nunca podré volver a compartir aquella juventud, aquellas risas, aquellos llantos, una época en la que todo lo que nos pasaba, nos pasaba a lo grande. Hoy día la distancia me impide compartir con ellas lo cotidiano. Marichu siempre ha estado en todos los momentos buenos y menos buenos que la vida me ha ido trayendo, sin embargo, con Ana no tengo la misma suerte. Se nos marchó un día a Londres en busca de su amor y de su vida, y junto con ellos encontró también la felicidad. Y es precisamente por ella por la que hoy escribo esto, en un par de días es su cumpleaños y está pasando por momentos difíciles, intentando, como ella dice, superponer momentos alegres a una tristeza y un dolor que se antoja eterno. Nadie nos dijo todo lo que venía detrás, todo lo que implicaba ser mayor. Pero hoy al escribir esto me he dado cuenta cuántas veces he tenido que usar la palabra "siempre". Y es que siempre serán mis grandes amigas y siempre estaremos de una forma u otra unidas, porque siempre seremos Las Bananarama.
¿Verdad chicas?
Os quiero.
Feliz cumpleaños Ana.

Foto tomada en nuetro último encuentro este verano.


martes, 24 de mayo de 2011

15-M en Sevilla

Fotos tomadas ayer en la Plaza de la Encarnación. Poema "El niño bueno" de Julio Cortázar.

jueves, 19 de mayo de 2011

A flor de piel

 













Un día mi prima Virginia y yo decidimos tatuarnos el nombre de mi madre. Podría decir muchas cosas sobre por qué lo hicimos. Pero la realidad es que las razones se van perdiendo un poco con los años, aunque no su verdad. Hoy, cuando ya han pasado tres años y vamos llevando cada una el peso de su ausencia como podemos, sé que fue posiblemente una torpeza romántica, y no me refiero al hecho del tatuaje en sí, del que sé que ni mi prima ni yo nos lamentaremos en la vida, sino por la idea o el sueño desesperado de tenerla bajo la piel, de poder quedarnos con algo de ella. Recuerdo cuando se lo enseñé a mi padre y él me preguntó que por qué lo había hecho. Porque ya no sé qué hacer para tenerla más cerca, le dije yo.
Mañana era el día de su cumpleaños, mañana vuelve a ser un día como otro. Pero mañana acariciaré mi hombro como lo hago tantas veces, como cuando duele una herida porque el tiempo va a cambiar. Y entonces, en su caricia, que es la mía, me alegraré una vez más de que esté ahí, de poder sentirla bajo mi piel y de que su nombre, más que nunca, sea el mío.

lunes, 9 de mayo de 2011

Esplendor en la hierba

Hoy mi queridísima amiga, compañera y maestra Aurora Real ha querido compartir conmigo la traducción que ella ha hecho de un bello poema de William Wordsworth, "Splendor in the grass", famoso por la película que lleva el mismo nombre. Y lo ha hecho como lo hace todo en la vida, con dulzura, amor y sabiduría. Así que no me he podido resistir a compartirla con vosotros, porque sé que la vais a valorar tanto como yo.


 Splendor In The Grass
              What though the radiance which was once so bright
Be now for ever taken from my sight,
Though nothing can bring back the hour
Of splendor in the grass, of glory in the flower
We will grieve not, rather find
Strength in what remains behind;
In the primal sympathy
                     Which having been must ever be;
                   In the soothing thoughts that spring
                          Out of human suffering;
                   In the faith that looks through death,
                   In years that bring the philosophic mind.

    William Wordsworth 


                    Esplendor de la hierba
Aunque el resplandor que una vez fue tan brillante
esté ahora para siempre fuera de mi vista,
aunque nada pueda devolver aquel momento
de esplendor de la hierba, de la hermosura de las flores
no estemos tristes, sino que 
saquemos fuerzas de lo que nos queda;
de ese sentimiento que una vez vivimos
y que siempre perdurará en el recuerdo;
de los balsámicos pensamientos   
que surgen de nuestro dolor;
de la fe que ignora la muerte y
                                               de los años que traen sabiduría. 



domingo, 8 de mayo de 2011

Mi árbol y yo


Esta tarde me ha llamado mi padre por teléfono y me ha dicho: ¿A ver si te suena esto que te he puesto?. Apenas sonaron a lo lejos las primeras notas de la canción, la reconocí. ¿Cómo no?, Alberto cortez, Mi árbol y yo, le dije. ¡Qué bonita es!, ¿verdad, hija?, me contestó él. Y entonces me ha contado que ha decidido ver menos tele y escuchar toda la colección de vinilos que tiene en su casa, que no es chica. Me refiero a la colección, no a la casa, porque junto a los que él compró durante toda una vida están los que yo dejé cuando me fui y los que mi hermano le regaló el día que se compró un maravilloso equipo de música pero en el que ya no se podían oir sus discos, ni los LP ni los singles.

Yo le he dicho que me parece una idea fabulosa pero que tenga cuidado con las canciones que oye, no vaya a ser que tanta emoción nos vaya a costar un disgusto. Él me ha dicho que no me preocupe que a él y a su edad estos "subidones" emocionales le ayudan a tirar para delante, o al menos le solucionan el día, que para el caso es lo mismo. Así que ahora y a estas alturas me lo imagino sacando y metiendo de sus plastiquitos a Lo mejor del 73, Los grandes éxitos de Rumba Tres, Los Tres Sudamericanos, El Unicornio Azul de Silvio Rodríguez, o preguntándose quién será esa Tanita Tikaram que uno de sus hijos dejó allí (yo, para ser  exacta). No sé si esta tarde se sentirá un poco menos solo o por el contrario los recuerdos serán demasiado dolorosos. Sólo sé que ya hace tiempo que decidió vivir en su pasado, en sus recuerdos, musicales como los de hoy, donde la vida era un poco menos cabrona y las letras de las canciones más dulces.




 
Mi padre y yo plantamos este árbol, de ahí el amor a esta canción


domingo, 1 de mayo de 2011

El día de hoy

No es fácil sobrevivir al día de hoy ante tanto mensaje publicitario, tanto estuchito de colonia y tanto recordarte “que hay alguien especial que no se merece que la olvides hoy”. Perdón, ¿que no qué?, ¿que no me olvide de quién?, ¿que no haga qué?. Hasta ahí podíamos llegar. Ningún supermercado me tiene que recordar qué cosas importantes hay que hacer o dejar de hacer en esta vida. Y, vuelta a lo mismo, mal nos va si nos acordamos de Santa Bárbara sólo cuando truena. Pero, en fin, ésta es la sociedad que hacemos entre todos. Los que tengan la fortuna de tener a su madre cerca que lo valoren y la valoren ni más ni menos que cualquier otro día. Mientras que los que no, seguiremos echándola en falta ni más ni menos que cualquier otro día. Porque lo que se fue con ellas siempre nos faltará.
En mi casa y por razones imaginables nunca se podía oír esta canción por mucho que nos gustara, a unos porque el dolor era conocido y a otros, como a mí, tan sólo por el miedo a imaginármelo. Hoy la pongo porque expresa tal y como me siento. Es un acto de lealtad con ella, conmigo y, por qué no, con esa Rocío, que, a su manera y a fuerza de casetes, vinilos y noches en el “Pemán”, consiguió un merecido puesto en nuestra familia.



jueves, 28 de abril de 2011

Gracias, gracias, gracias.

Hoy es mi cumpleaños. Hoy cumplo 42 años y no recuerdo haber empezado un cumpleaños con más alegría que el de hoy, aunque quién sabe, el ser humano tiene tal facilidad para olvidar y recordar lo que le interesa que vete tú a saber. En cualquier caso, hoy me siento muy feliz, así que no vamos a investigar mucho de dónde procede no vaya a ser que lo estropeemos, que por las cosas buenas, como dice Serrat, más vale pasar de puntillas. Y esta felicidad estoy convencida que proviene del profundo agradecimiento que le debo a la vida, manifestada en tantas y tantas cosas y en tantos y en tantos de vosotros. Estoy viviendo una época de “despertares”, que los que estáis más cerca de mí podréis atestiguar y a los que en gran parte os debo. Y en estas nuevas realidades y en estos nuevos “descubrimientos” el que más pesa desde luego hoy es la certeza de que sin el apoyo, el acompañamiento y la incondicionalidad de cada uno de vosotros hoy no sería quién soy.
Gracias por estar ahí, gracias por todo lo que me dais, gracias por recordarme en esos días grises de lo que soy capaz e incluso a veces de quién soy.
Gracias, gracias, gracias.




jueves, 14 de abril de 2011

¡VIVA LA REPÚBLICA!

"Artículo 1. España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo. La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. La bandera de la República española es roja, amarilla y morada."



Hoy ha sido un día especial para mí en el cole. Hoy, tal y como les decía a los alumnos que me preguntaban, iba vestida de un tercio de la bandera española republicana. Y es que hoy iba de amarillo. Esto no ha ocurrido al azar. En estos días hemos estado recordando la fecha en clase y su relevancia histórica. A muchos, sobre todo los de secundaria, le sonaba sólo a nombre de serie de televisión, que, si lo miras bien, al menos es algo, mientras que  los de 2º de bachillerato, como se habían examinado de ella esta semana, estaban más receptivos a oir "batallitas" que a ellos les parecían muy muy lejanas. Pero mi sorpresa ha sido con algunos alumnos de 1º de bachillerato, que llevaban toda la semana animándome a hacer algo en este día. Así que se nos ocurrió venir con camisetas amarillas, rojas y moradas. Como anecdota contar que hoy dos niños me han traído camisetas amarillas, por si se me olvidaba la mía. Y, ante tanta ilusión, debo confesar que me he sentido muy emocionada. 
Estoy segura de que para ellos ha sido la primera vez que sacaban una bandera republicana a color por la impresora de su casa, la primera vez que se la pintaban en sus brazos y, muy probablemente, la primera vez que manifestaban y defendían una idea política. Por todo ello, hoy ha habido un brillo especial en sus ojos y en los míos.
Gracias a ellos he vivido el  14 de abril más comprometido de toda mi vida. Ellos me han recordado que hay días que tenemos la obligación de celebrar e ideas que defender, por muy obsoletas que nos puedan parecer a estas alturas. Tienen 17 años, unos maravillosos 17 años, toda una vida por delante, muchos 14 de abril que vivir, pero éste no se les olvidará, como tampoco a mí.
Me siento muy orgullosa de ser su profesora, muy esperanzada por ver una juventud que no es la que siempre nos venden y muy agradecida de haber encontrado mi lugar en el mundo.

martes, 12 de abril de 2011

Memento vivere

 
"¡Vértigo, que el mundo pare, qué corto se me ha hecho el viaje!".
Esta mañana me he levantado con resaca, con la mejor de las resacas. De ésas que vienen cargadas de letras, de músicas, de estribillos que no te puedes sacar de la cabeza. Y acompañada, por supuesto, de una preciosa sonrisa tonta, con la que habré dormido toda la noche puesta. Y es que hay cosas que no fallan.
Anoche tuve el placer de asistir al concierto de Ismael Serrano en el Teatro Lope de Vega, aquí, en Sevilla, en una ciudad que en primavera te invita a cualquier cosa menos a quedarte en casa. Empezó a las nueve y fueron tres horas y media ininterrumpidas de buena música, de mejores letras y de buen saber hacer.
Debo confesar que, aunque llevo años oyendo su música, desde aquel mítico Atrapados en Azul, nunca lo había oido en directo. Así que ayer  fue mi primera vez en algo, ahora que, como él dice, nos parece tan lejano y tan imposible poder vivir semejante experiencia.
La puesta en escena, como podéis ver en la foto, te atrapaba desde el primer minuto. Se asemejaba a una casa, a un salón, con su sofá, su aparador y su cuadro de Arthur Miller. Sí, ése que se casó con Marilyn. Siendo el hilo conductor de todo el espectáculo las historietas de los vecinos que habitan en dicha comunidad. Por cierto, qué vecinos, hay tanta humanidad en ellos, que al cabo de la noche es difícil no acabar enamorándote de alguno de ellos o, lo que no sé si es peor, reconociéndote en alguno.
El concierto lleva por título Acuérdate de vivir, y está tomado de las antiguas leyendas que aparecían en los relojes, como Memento vivere o Tempus fugit. Y sí, el tiempo efectivamente pasó, pero anoche y por unas horas fui la caperucita que quería volar, fui la adolescente que siempre recordará aquella huida, fui aquel pasajero del vagón que creyó reconocer a un antiguo amor, y fui esa loca republicana cantando Papá cuéntame otra vez y reivindicando la memoria del bando vencido. Y es que por algo estamos en Abril y su memoria vive en nosotros como aquella vieja leyenda del reloj. 
Gracias, Ismael.
              

miércoles, 6 de abril de 2011

Cara de tonta


"¡Me encantas, me encantas, me encantas!". Éstas y no otras fueron las sabias palabras que salieron de mi linda boca en el momento que la vi apoyada en la puerta de un local. Fue en Chueca, hace un mes, durante un paseo por el barrio y ante la mirada atónita de Jesús y algunos amigos que nos acompañaban. Ni siquiera me había atrevido a acercarme a ella, por aquello de la pesadez de los fans y de la cara de tontos que se nos debe de poner. Pero, por lo visto, poco me importó en ese momento, porque las palabras salieron de mi boca mucho antes de que pudiera pensarlas. ¿Qué maravilla, no?. A ella, a juzgar por su comportamiento y por la sonrisa tonta que también le iluminó la cara, pareció encantarle tal muestra de efusividad “controlada”. Y en ese momento seguí con mi locuaz verborrea y añadí: “Lo siento. Sé que estarás cansada de que te lo digan, pero te lo tenía que decir”. En todo esto, no olvidemos que yo seguía parada inmóvil en mitad de la calle y ella en la puerta del local. En ese momento, parecer una pesada, tener cara de tonta, que me temblara la voz y tener una dialéctica de un niño de infantil no parecía importarme en absoluto. Es más, por mí, y sin prisas le hubiese explicado a esa buena mujer toda mi teoría sobre que cuando tienes algo bueno que decir, no debes por nada callarte. Y en esa calle y ahí parada, ese lema era mi bandera, por lo que su respuesta no hubiese aminorado el orgullo que sentía por mí misma, por haberme atrevido a hablarle a ella, a una famosa,,, ahhhhh.
Pero, ingenua de mí, lo mejor estaba por llegar. Y es que ella, lejos de mostrarse indiferente, me dijo que no lo sintiera, que a ella le encantaba que se lo dijeran, y, a modo de confesión, que cuanto más años pasaban más lo agradecía y más bien le hacía oírlo. Y también fue ella la que insistió en que me acercara y nos hiciéramos una foto, ¡sin yo decirle nada!. Porque yo seguía ahí parada sin otra cosa que decir que “¡Es que te tenía que decir que me encantas, me encantas!”  y sin otra cosa que pensar que “¡qué wonderfull es la vida cuando nos dedicamos y atrevemos a decirnos cosas bonitas, nos conozcamos de algo o, como en este caso, de nada!”.
Y ahí teníais que haberme visto. Cuando volví a la “realidad”, cuatro calles después, me sentí muy bien, no sólo por la amabilidad con la que me atendió, y por el beso y la foto que me llevé de regalo. Sino porque, al menos, por esa vez y como en los sueños de un mundo ideal, podías pararte frente a un desconocido, quitarte todos esos parapetos que llevamos a cuestas, abrir tus sentimientos en canal y, encima, recibir de regalo un beso. Así, sin heridos, sin bajas en el frente. Y es que, tal vez, todo sea más sencillo y sólo es cuestión de arriesgarte a tener “cara de tonta”. Pero ¿no creéis que merece la pena?... Yo estoy segura de que SÍ.


Bibiana Fernández y mi "cara de tonta".


jueves, 24 de marzo de 2011

El almuerzo de los remeros

El almuerzo de los remeros de Renoir


"-¿Sabe? Después de todos estos años, el único personaje que aún me cuesta perfilar es la muchacha con el vaso de agua. Está en el centro y sin embargo está como ausente.
-Quizá sea diferente a los demás.
-¿eh? y ¿por qué?
-No lo sé... Quizá cuando era niña no jugaba con los demás niños de su edad. Puede que nunca jugara.
-Esa chica del vaso de agua... creo que está distraída porque está pensando en alguien.
-¿Te refieres a alguien del cuadro?
-No, quizá un chico con quien ella se cruzó y le dio la impresión de que los dos se parecían.
-Ah, osea que ella prefiere imaginarse una relación con alguien ausente que tener una con los que están a su lado.
-No sé... Quizá sea lo contrario y ella se desvive por arreglar la vida de los demás.
-¿Y de ella? De todos los desarreglos de su vida, ¿quién se ocupará?
-En mi opinión es mejor dedicarse a los demás que a un gnomo de jardín."
Amelie o el arte de hacer feliz a los demás.

Hoy, y aún no sé por qué, este cuadro me ha buscado y me persigue. Siento que desde algún sitio me han lanzado un reto, un enigma. ¿Seré yo la chica del vaso de agua? No lo sé…

lunes, 21 de marzo de 2011

LIBRO RECOMENDADO: La memoria del árbol

Mi hermano Paco acaba de sacar un nuevo libro, esta vez alejado de los temas puramente marinos tan afines a él. Se titula La memoria del árbol y en él se cuenta la azarosa vida de mi abuelo Manuel Piniella. No puedo hacer otra cosa que felicitarlo desde aquí por el arduo trabajo de investigación que ha llevado a cabo para recomponer, en cierta medida, las piezas del puzle que fue dejando atrás la guerra a su paso, en este caso, tanto la guerra civil española como la segunda guerra mundial. En él podemos ver, de la mano de la vida de mi abuelo, un reflejo fiel de todos esos españoles que de una manera u otra se vieron obligados a permanecer en un país extranjero, asolados por la suma de todas las pérdidas posibles e indefensos ante decisiones que cambiaron el resto de sus vidas. Pero también es un canto a la vida, de cómo ésta se abre paso a pesar del dolor, las miserias y las irreemplazables ausencias, que obligan a un hombre a tener que reinventarse cada día. 

Y para que tengáis una idea más acertada del libro, ahí van unos comentarios del propio autor que podemos encontrar en su exordio:
"Fundamentalmente “La memoria del árbol” es la historia de mi abuelo Manuel Piniella, de su vida, pero sobre todo de su entorno, de las circunstancias que rodearon a una persona que vivió de lleno el siglo XX con todas sus contradicciones: la emigración a la Argentina, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial, la incomprensible Unión Soviética de Stalin; y de los que le siguieron en un paraíso, que lejos de serlo, se convirtió más en un campo de supervivencia, del que el único objetivo era pasar inadvertido, olvidado. Manuel vivió dos familias separadas, incomunicadas, desarmado de esa “goma de borrar” que a veces a los humanos nos permite deshacer el camino andado."
"...recordar a este colectivo que yo he particularizado en la memoria de Manuel Piniella, aquel tripulante del “Cabo San Agustín”, que quedó retenido en el puerto de Odessa, que quedó en el limbo donde no hay vencedores ni vencidos, tan solo olvidados, quizás secuestrado de la voluntad personal de poder decidir qué camino recorrer en su vida."


PUNTO DE VENTA:

domingo, 20 de marzo de 2011

A la sombra de un león

Acabo de ver en el Facebook toda una muestra de provocación, y subrayo lo de provocación porque en los tiempos que corren y con la edad que ya tiene una, no puede llegar una vieja amiga, dedicarte una canción, rescatar del olvido cuatro recuerdos y luego marcharse de rositas. De eso nada, monada. Ahora te vas a enterar.
Y para que no creáis que deliro os muestro la prueba de tal infamia:

Esta canción la escuché mucho en casa de alguien que es importante para mí, entre Catilinarias y Cicerones. Cuánto latín, cuánta vida, cuántos sueños aún en los ojos. Chocolate blanco y Víctor Manuel.
Va por ti, Mari Ángeles.
Bueno, habréis visto que no mentía, es un asalto a mano armada a todo un pasado. Pero a fin de cuentas, un bendito asalto. Es increíble cómo almacenamos recuerdos. Unos, importantes, decisivos en nuestras vidas, sin los cuales hubiéramos tomado otro rumbo, otra senda, y otros, simples anecdotarios pero que le dan forma, color y olor a nuestro pasado. ¿Por qué unos se mantienen fieles en la memoria, recordándonos, a veces, a martillazos de dónde venimos, mientras tantos otros se cobijan a la sombra de un león? No lo sé. Pero esta tarde alguien ha rescatado del olvido un concierto de Ana y Víctor en aquel mítico teatro de verano José María Pemán. Corrían los 90 y con ellos nosotras detrás de nuestros sueños, que en aquel entonces ni siquiera sabíamos bien cuáles eran, pero sí que eran muchos. Y no voy a caer en sentimentalismos diciendo que nos queríamos comer el mundo y él nos comió. Porque no fue así. No es así. Éramos jóvenes, muy jóvenes, tal vez, de una forma que ahora nos cueste recordar. Es increíble cómo afloran los recuerdos, las emociones, con tan sólo desempolvar un poco el pasado. Han pasado ya casi 20 años de ese concierto, de las clases de latín en mi casa, en las que mi madre le daba cháchara antes de entrar, de las grabaciones en casete de Sabina, del chocolate blanco para la ansiedad, de los poemas, de los paseos, de las cartas en las que nos contábamos nuestros sueños, nuestros miedos, nuestras dudas y nuestras rendiciones. Y es que había tanto por delante. Pero no lo sabíamos entonces. Como tampoco todas las batallas que nos quedaban por delante y en las que no pudimos acompañarnos ni protegernos. Pero, ésas eran nuestras vidas, la de cada una, lo que nos tocaba vivir a solas. Hemos sido y somos unas grandes luchadoras, después de todo tanta traducción de las guerras romanas y espartanas debió imprimirnos cierto carácter. Carmen, ella, mi amiga, la infame que va a conseguir que hoy, a este paso, no cene, es toda una heroína, y esta vez no tiene tinte mitológico sino terrenal, muy terrenal. Ha luchado siempre, y digo siempre, por sus ideales, por sus valores, por su vida, mostrando una entereza que en nada se corresponde a su delicada alma. No podría tener otra profesión que la que tiene, poeta, por supuesto. Y su poesía la lleva a todos los aspectos de su vida, aunque a veces, tenga que ponerse una coraza muy dura y muy fea. Incluso, a veces, poco creíble. No sé por qué no os he hablado antes de ella, porque es vital para entender la persona que soy hoy. Por cierto, muy orgullosa de conocerme, pero de mí ya seguimos hablando otro día. Tuve la suerte de conocerla, de que pasara por mi vida y que lo mejor de ella se quedara. Le debo la devoción por Sabina, el gusto por la poesía y el valor para enfrentarse, una y otra vez, a la vida. Ella sí que un día, como dice la canción, llegó con su espada de madera y zapatos de payaso a comerse la ciudad. Y aún sigue en el empeño, a veces, Madrid se la come a ella y otras tantas resurge reclamando su sitio, su lugar. Pero es como la Cibeles, no hay quien la tumbe.
 
Es mi amiga, y hoy, más que nunca, agradezco el detalle de la vida de habérmela presentado.


domingo, 30 de enero de 2011

Give peace a chance

Hoy, 30 de enero, es el día escolar de la no violencia  y de la paz, declarado por primera vez en 1964. Surge de una iniciativa pionera, no gubernamental, independiente, y voluntaria de Educación No-violenta y Pacificadora del profesor español Llorenç Vidal. Su objetivo es la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la no-violencia y la paz. En torno a este día, los colegios y centros se convierten en instrumentos de paz y entendimiento entre personas de distinta formación, raza, cultura y religión.
El mensaje básico de este día es: ’Amor universal, No-violencia y Paz. El Amor universal es mejor que el egoísmo, la No-violencia es mejor que la violencia y la Paz es mejor que la guerra’.
El día 30 de Enero se conmemora además la muerte del líder nacional y espiritual de la India, el Mahatma Gandhi, el 30 de Enero de 1948, asesinado a tiros por un fanático hinduista.
Así que me parecía que hoy tocaba compartir con vosotros otra de mis canciones favoritas:

ALL WE ARE SAYING IS GIVE PEACE A CHANCE




domingo, 16 de enero de 2011

Un pedacito de mi corazón

Como sabéis, acabo de pasar unos días en Barcelona y ha tenido que ser allí, perdida entre las tiendas del Raval, donde me he reencontrado con Janis Joplin. Siempre la he oído como "de paso", pero nunca me había interesado como para tener algo de ella en casa. Pero eso se acabó. Allí, en una de esas tiendas que te venden vinilo y en las que una se pregunta de qué vivirá ese hombre porque te parece imposible que ese negocio pueda funcionar, sonaba Piece of my heart y recordé lo mucho que me gusta. Así que embuida del espíritu sesentero me compré un CD doble con los grandes éxitos de la Joplin, contribuyendo así a la economía de ese hombre y entendiendo por qué a pesar de todo esas tiendas siguen subsistiendo. Ya no me acordaba de la última vez que me había comprado un CD, original claro, pero os aseguro que ha merecido la pena. La letra no es gran cosa, como suele pasar con  la mayoría de las grandes canciones, pero oirla y bailarla es todo una experiencia.

¡Oh, vamos, vamos, vamos, vamos!
¿No te hice sentir que eras el único hombre? ¡Sí!
¿Y no te di casi todo lo que posiblemente
una mujer puede dar?

¡Cariño, sabes que lo hice!
y cada vez me digo a mí misma que,
bueno, creo que ya he tenido bastante,
pero voy a demostrarte, chico, que una mujer puede ser dura,
quiero que vengas, vamos, vamos, vamos, vamos y tómalo

¡Tómalo! Toma otro pedacito de mi corazón ahora, ¡chico!

¡Oh, oh, rómpelo! Rompe otro pedacito de mi corazón, cariño, si, si, si
¡Oh, oh, cógelo!

Coge otro pedacito de mi corazón ahora, chico, sabes que lo tienes si eso te hace sentir bien Oh sí, ¡ya lo creo!

Vas por las calles sintiéndote bien
y, chico, en lo mas profundo de tu corazón,
supongo que sabes que eso no está bien,
nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca
Me oyes cuando lloro por la noche,
chico, y lloro a todas horas,
pero cada vez me digo a mí misma que
Bueno, ya no puedo soportar el dolor

Pero cuando me coges en tus brazos
lo cantaré otra vez
Digo vamos, vamos, vamos, vamos, vamos y tómalo
¡Tómalo!

Toma otro pedacito de mi corazón ahora, ¡chico! ¡Oh, oh, rómpelo!
Rompe otro pedacito de mi corazón, cariño, si ¡Oh, oh, cógelo!

Coge otro pedacito de mi corazón ahora, chico, sabes que lo tienes, pequeño, si eso te hace sentir bien
Necesito que vengas, vamos, vamos, vamos y tómalo
¡Tómalo! Toma otro pedacito de mi corazón ahora, ¡chico!
¡Oh, oh, rómpelo!

Rompe otro pedacito de mi corazón, ahora cariño, Si, ven ahora
¡Oh, oh, cógelo!
Coge otro pedacito de mi corazón ahora, chico, sabes que lo tienes whoahhhhh!!
¡Tómalo!

Altamente recomendable para bajos estados de ánimo. Algún día pondré un video en el que salga yo descoyuntándome con esta canción. Probadlo y ya me contaréis.


martes, 4 de enero de 2011

Así, sólo así, quiero recordarte.

   Hoy hace ya tres años que se fue. Hoy es un día triste y no podemos disfrazarlo de ningún otro sentimiento. Ella no está y su ausencia sigue marcando de un modo u otro nuestras vidas.
   Esta canción es muy especial para mí, fue toda una revelación, porque por primera vez pensé en lo que ella me diría si pudiese, en todo lo bueno que ella desearía para mí. Por primera vez me permitía ser hija. Por primera vez era a mí a quien cuidaban y arropaban.
   Y entonces me sentí como de pequeña, y lloré pero de una forma diferente, porque sentí cerca el abrazo de mi madre. Y sí, mamá, te prometo que seguiré nuestro viaje y que seré Feliz.


Perdona que entre sin llamar
No es esta la hora y menos el lugar
Tenia que contarte
Que en el cielo no se está tan mal

Mañana ni te acordarás
Tan solo fue un sueño te repetirás
Y en forma de respuesta pasará
Una estrella fugaz.

Y cuando me marche estará
Mi vida en la tierra en paz
Yo solo quería despedirme
Darte un beso y verte una vez más


Promete que serás feliz
Te ponias tan guapa al reir
Y asi solo así quiero recordarte
Asi, como antes, asi adelante
Asi, vida mia mejor sera asi

Ahora debes descansar
Deja que te arrope como años atrás
Recuerdas cuando entonces
Te cantaba antes de ir a acostar

Tan solo me dejan venir
Dentro de tus sueños para verte a ti
Y es que aquella triste noche
No te di ni un adiós al partir
Promete que serás feliz
Te ponias tan guapa al reir
Y asi solo asi quiero recordarte
Asi como antes, asi adelante
Asi, vida mia ahora te toca a ti

Solo a ti, seguir nuestro viaje
Se está haciendo tarde
Tendré que marcharme
En unos segundos vas a despertar

Y así solo así quiero recordarte
Así. como antes, así adelante
Así, vida mía, mejor será así.